Si tienes una piscina en casa o en tu negocio, sabrás lo importante que es mantenerla en perfectas condiciones. Pero, ¿qué pasa cuando notas que el nivel de agua baja más de lo normal? ¡Ahí es donde las temidas fugas en piscinas hacen su aparición! Hoy en No Más Fugas, te contamos las causas más comunes de las fugas en piscinas para que sepas por qué sucede y qué hacer al respecto.
El movimiento natural del terreno
Las piscinas están expuestas a muchos factores, y uno de ellos es el asentamiento del terreno. Aunque no lo parezca, la tierra bajo la piscina puede moverse ligeramente con el tiempo. Esto provoca pequeñas fisuras o grietas en la estructura, que terminan siendo el lugar perfecto para que el agua se escape sin que te des cuenta.
Además, si tu piscina está en una zona con mucha arcilla o con suelos inestables, este problema se agrava. Por eso, es fundamental hacer un buen estudio del suelo antes de construir la piscina y, si ya la tienes, hacer revisiones periódicas.

Tuberías y conexiones defectuosas
Otro gran culpable de las fugas en piscinas son las tuberías y conexiones. Las tuberías que llevan el agua de la piscina al sistema de filtrado (y viceversa) pueden tener pequeñas grietas o conexiones mal ajustadas. Con el paso del tiempo, los sellos y juntas se desgastan, permitiendo que el agua se filtre sin control.
Lo peor es que muchas veces estas fugas no se ven a simple vista, porque están enterradas. Pero si notas zonas húmedas cerca de la piscina o un aumento inesperado en la factura del agua, es probable que algo no esté bien en las tuberías.
Problemas con el vaso de la piscina
El vaso de la piscina, o la parte estructural que retiene el agua, es otro foco de fugas. Las fisuras en el vaso pueden aparecer por la presión del agua, movimientos del terreno o simplemente porque la piscina es vieja. Si el vaso está hecho de hormigón, la aparición de grietas es más común de lo que imaginas.
A veces, estas grietas son tan pequeñas que no las ves, pero dejan escapar una buena cantidad de agua. Por eso, es importante revisar el vaso de la piscina cada cierto tiempo y, si ves alguna fisura, actuar rápido.
Skimmers, impulsores y luces: esos pequeños olvidados
¿Te has fijado en esas partes de la piscina que parecen pequeñas y sin importancia? Los skimmers, los impulsores y las luces subacuáticas son esenciales para el funcionamiento de la piscina, pero también pueden ser puntos donde se formen fugas.
Con el tiempo, los sellos que rodean estos elementos pueden deteriorarse, permitiendo que el agua se escape poco a poco. Lo bueno es que estas fugas suelen ser fáciles de localizar y reparar, siempre y cuando se detecten a tiempo.
Evaporación o fuga: no te confundas
Uno de los errores más comunes es pensar que el agua que desaparece es por evaporación. ¡Y claro! En verano, con el calor, el agua de la piscina puede bajar algunos centímetros. Pero si notas que el nivel baja más rápido de lo normal, o si el descenso sigue ocurriendo cuando no hace tanto calor, es posible que se trate de una fuga.
Una buena forma de comprobarlo es la prueba del cubo: llenas un cubo con agua y lo colocas en la piscina, marcando el nivel del agua en ambos lados. Si la piscina pierde más agua que el cubo, probablemente haya una fuga.

La importancia de un mantenimiento preventivo
Aunque las fugas pueden parecer inevitables, la verdad es que un mantenimiento adecuado puede ayudarte a evitar muchos problemas. Revisa regularmente los sellos, las juntas, los skimmers y los impulsores. Además, presta atención a las zonas húmedas alrededor de la piscina o cualquier cambio en el consumo de agua.
En No Más Fugas te recomendamos hacer una revisión anual de toda la piscina. Un técnico especializado puede ayudarte a detectar esas pequeñas fisuras o tuberías defectuosas que podrían convertirse en un gran problema en el futuro.
¿Qué hacer si ya tienes una fuga?
Si ya sabes que tu piscina tiene una fuga, ¡no te asustes! Lo más importante es actuar rápido. Llama a un profesional de confianza, como el equipo de No Más Fugas, para que localice la fuga y la repare. Cuanto antes se haga, menos costoso será y evitarás daños mayores.
Recuerda que, aunque algunas fugas pueden parecer pequeñas, con el tiempo pueden empeorar y terminar siendo un dolor de cabeza (y de bolsillo). Así que no dejes pasar la oportunidad de arreglarlas a tiempo.